Después de trabajar con muchas personas de distintas edades, formación y sectores de procedencia, he podido comprobar, una y otra vez, cómo son muchas las que se dan excusas a sí mismas para no asumir la responsabilidad de enfrentar los cambios, alejándose así de hacer lo que se les pasa por la cabeza.
Ciertamente todos, ante situaciones de dificultad e incertidumbre, en algún momento hemos sentido flaquear nuestro estado de ánimo y hemos construido excusas que nos ayudan a dudar. Algunas de estas excusas para no pasar asumir la responsabilidad y pasar a la acción se nos manifiestan en pensamientos como:
- No sé cómo ni de dónde voy a sacar el valor para empezar.
- Estoy solo y no cuento con el apoyo de los demás.
- No sé cómo voy a hacerlo.
- No creo que yo pueda.
- Hay muchas personas mejores que yo.
Y una más muy habitual en estos momentos…"los tiempos son difíciles y no estamos para
jugar, así que lo mejor es esperar a que cambie la cosa".